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Actitud 42: Ana Juncosa
Para esta entrada de la serie Actitud 42 buscábamos a alguien muy especial ya que se está celebrando la Semana de la Mujer. No fue complicado, ya que podemos afirmar con orgullo que el campus está colmado de representantes excelentes. Mujeres perseverantes, creativas, inteligentes, ambiciosas y voluntariosas. Ana se cruzó en nuestro camino y no dudó en compartir su experiencia en el campus de programación de Fundación Telefónica, donde lleva más de un año desarrollando su talento en competencias digitales.
¿Tenías algún conocimiento de programación antes de lanzarte a la piscina?
Ninguno. De hecho, antes de entrar a la piscina, acababa de graduarme en sociología en la universidad, y nunca me había planteado que me podrían interesar los ordenadores (más allá del nivel usuario). Ahora se me ha abierto un mundo, y siempre que alguien de mi vida pasada me pregunta qué hago y le digo que programar, lo dejo un poco loco. Pero la verdad es que me he metido de lleno y ahora me encanta. Siempre me gustaron los puzles y juegos de lógica, y supongo que me di cuenta de que programar era un poco lo mismo. Desde la piscina, he estado rodeada de gente a la que le entusiasma todo esto, y la verdad es que me mis compis me han enseñado e inspirado un montón.
¿Recuerdas qué sensaciones te llevaste a casa al volver a casa tras tu primer día de piscina?
Recuerdo estar súper confusa, pero con mucha ilusión. Tal vez algo agobiada porque no entendía nada, ni siquiera la jerga que usaban mis compañeros (y Google) para explicarme las cosas. Pero la verdad es que llegué a mi casa sintiéndome “hacker” porque sabía abrir una terminal (a.k.a. “la pantallita negra”, para mi yo de entonces). Confieso que le iba enseñando a la gente cómo navegaba por los archivos desde la terminal como si estuviese hackeando la NASA, y que me tiré la primera semana de piscina pensando que eso era programar.
¿Cuál ha sido el mayor desafío personal al que te has enfrentado desde que eres estudiante de 42 Madrid?
Empezar cada proyecto. Mi trayectoria en 42 es un ciclo sin fin: empiezo sin entender nada, luego aprendo cosas nuevas, llega un punto en el que me creo que me comería el mundo, para luego darme de bruces con la realidad de que sigo sabiendo súper poquito. Al acabar un proyecto, estoy yo toda motivada como: “si he conseguido hacer esto tan complejo pues ya puedo hacer cualquier cosa y me parecerá fácil”, y luego veo de qué va el siguiente y me doy cuenta de que el término “complejo” es muy relativo.
Lo mejor de esto es que no es algo malo, porque siempre hay gente dispuesta a ayudarte, y al fin y al cabo hay muchas cosas que hace unos meses no me habrían entrado en la cabeza, y que hoy en día me parecen hasta sencillas. Es gracias a este desafío que he hecho cosas que mi yo pre-piscina nunca habría imaginado que yo podría hacer, y pensar en eso es bastante guay porque a saber qué pensará de mí mi yo de dentro de unos años. Así que espero que siempre haya un proyecto en blanco en mi vida que me recuerde lo perdida que estoy en realidad y lo mucho que puedo aprender. Supongo que al final le coges el gustillo a esta dinámica y todo. El reto es no bloquearse.
¿Y el momento más divertido?
Esta es difícil porque ha habido muchos momentos divertidos. Como cuando, desde mi ignorancia, vi que alguien anunciaba un Mac mini, y pensé que era algo que enchufabas a tu ordenador para convertirlo en un Mac (todavía me lo recuerdan).
O cuando hice git rm * y borré todo mi proyecto (y sé que no he sido la única). En su día no tendría tanta gracia, pero en retrospectiva no te queda otra que reírte de tus errores (y escribirlos bien grandes en un cuaderno para no volver a cometerlos).
O cuando me corté el flequillo malamente la noche antes de hacer las fotos para la intranet. Y me puse un jersey naranja. Y luego me enteré de que la gente del campus me conocía como “Vilma” (como la de Scooby Doo). Desde entonces lo aceptamos como una realidad, porque puedo cambiar mi apariencia, pero no mi foto de la intra.
Pero mi cosa favorita tiene que ser ver memes con los compis, nunca olvidaré el día que entendí un meme de programadores por primera vez (era sobre Vim).
Teniendo la opción de seguir trabajando en remoto, ¿por qué has elegido seguir avanzando en tu formación de manera presencial en el campus de 42 Madrid?
Porque en remoto se me hacía todo mucho más cuesta arriba. No sólo me era más difícil imponerme una rutina para administrar mi tiempo, sino que además me costaba mucho más avanzar con los proyectos. En 42 estamos acostumbrados a apoyarnos los unos en los otros para trabajar, para explicarnos cosas y para mantenernos motivados, y mi bloqueo al no saber por dónde coger un nuevo proyecto se hacía mucho más grande cuando no podía lanzar una pregunta al aire y esperar respuesta de cualquier compañero que estuviese cerca. Y la verdad es que el ambiente del campus siempre ha sido una de mis cosas favoritas de 42, aunque ahora haya que adaptarlo a la situación.
¿Sientes interés por alguna tecnología o área en particular?
La verdad es que cuando yo llegué a 42, no sabía que se podían hacer tantas cosas distintas con un ordenador, y ni siquiera sabía lo que eran la mayoría de ellas. De hecho, todavía estoy descubriendo todas las posibilidades. Yo creo que estoy en un punto en el que se me ha abierto un mundo enorme delante, y todo lo que me encuentro me da mucha curiosidad, veo todo como un reto por ver hasta dónde podría llegar yo. Últimamente he estado experimentando con el desarrollo web y me está gustando bastante, y también me parece interesante la ciberseguridad, aunque creo que ese tema me queda un poco grande ahora mismo, pero oye, poco a poco. El área de la IA y la ciencia de datos también me llama la atención… Básicamente, ahora estoy abierta a todo, y en proceso de ir probando cosillas para darme cuenta de cuáles me pueden gustar más y cuáles menos. Lo bueno de 42 es que tengo la oportunidad hacer justo eso, y además estoy rodeada de compañeros que son cada uno de su padre y de su madre y tienen un montón de cosas que enseñarme (¡no sólo los que vienen de backgrounds tecnológicos!).
Siendo ambiciosa, ¿cómo te ves en cinco años? ¿Y en quince?
En cinco años me veo todavía aprendiendo cosas en 42 y, siendo ambiciosa, con un trabajo en el ámbito por el que me decida. En un puesto al que yo pueda aportar cosas y que además me permita seguir aprendiendo y experimentando.
En quince, siendo ambiciosa otra vez, me gustaría poder aplicar mis habilidades tecnológicas a temas sociales o ambientales de alguna forma. Son temas que me llevan interesando muchos años, solo que creo que nunca he sabido realmente cómo abordarlos en la práctica, así que ahora tengo la oportunidad de hacerlo desde el lado tecnológico (y convertirme en socióloga-tecnóloga, o viceversa, según cómo lo mires). Me encantaría trabajar en alguna empresa social u organización sin ánimo de lucro, o en alguna empresa cuyos valores se alineen con los míos. Creo que la tecnología puede revolucionar el mundo de muchas formas (y ya lo ha hecho muchas veces), y me encantaría formar parte de ello, usando mis conocimientos y esfuerzos para que esos cambios sean para mejor.
De los eventos, presenciales y en remoto, celebrados en 42 Madrid, cuál o cuáles te han marcado más o sido de mayor utilidad y por qué.
Me gustaron mucho los eventos de la Semana de la Mujer 2020, que incluían conferencias de temas concretos, mesas redondas y experiencias personales, y me parecieron muy interesantes e inspiradoras. Me lo pasé muy bien haciendo el hackatón de Here con mis compañeros, que nos sirvió para hacer bonding durante el confinamiento y para aprender cosas nuevas. También me pegué unas buenas viciadas a programar durante el evento de CodinGame de la 42 Network (y tengo que confesar que desde entonces me hice fan y todavía me engancho de vez en cuando a los desafíos).
A mí que me gusta lo visual, me gustaron mucho las sesiones de Tableau de Alberto Bertellino. Había oído hablar de Tableau, pero yo nunca había usado esta herramienta y tuvimos la oportunidad de trastear un poco con ello. Y luego, cómo no, también tengo que dar crédito a los eventos que han organizado mis compañeros. Algunos son muy interesantes porque siempre tienen cosas guays que contar de las que yo no tengo ni idea.
Echando la vista atrás, ¿qué le aconsejarías a la Ana del primer día en el campus?
- Disfruta la experiencia al máximo y trabaja mucho, pero también encuentra algún rato para charlar y tomar un café con los compis de vez en cuando.
- ¡Pide ayuda a la gente! Explicar cosas a otros también te ayuda a entender.
- No te bloquees ante las cosas que te suenan a chino, porque al final vas a hacer cosas que ni te imaginas.
- No pagues con monedas de un euro a la máquina de café…
Tres palabras o conceptos con los describirías 42 Madrid:
Cooperación, compañerismo y buscarse la vida
Extra:
¡El trabajazo del staff de 42 para que todo esto sea posible también merece mención! ¡Gracias!
Estimados reclutadores, si queréis saber más de Ana, este es su perfil en LinkedIn.