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Razones para lanzarse en agosto a una piscina diferente en Madrid
Valientes. Así es como llamamos a los centenares de candidatos que se presentan en Distrito Telefónica cada verano para lanzarse al agua. O no. Deciden, inteligentemente, pasar el octavo mes del año lanzándose a una piscina muy diferente de las habituales que se abren durante el período estival en la capital. Las piscinas de 42 Madrid no tienen agua, no tienen socorristas, ni toallas, ni manguitos, ni crema solar, ni gafas de natación ni tampoco huelen a cloro. Mentimos, sí que se ven gafas y alguna toalla de vez en cuando. Todo tiene su explicación. ¿Quieres saber por qué una piscina en agosto en el campus de programación de Fundación Telefónica es una buena idea?
Nota para lectores confusos: La “piscina” es como llamamos a la última prueba de acceso al campus. El período de selección es presencial y consiste en 26 días consecutivos sumergido en 42 y donde hay que “tirarse a la piscina”. Es decir, hay que atreverse. Supone una inmersión total en el mundo del código donde los que más saben nadar enseñan a los que menos saben y entre todos tratan de llegar hasta el final. No hace falta saber programar, solo atreverse a intentarlo.
Aparcar es muy fácil
No vamos a decir que las calas de Jávea o las playas vírgenes del Cabo de Gata están mal, porque no. Son una maravilla. No tanto si vas en coche y al llegar tu frustración sube a niveles máximos al comprobar que no hay sitio para aparcar. Vueltas y vueltas haciendo señales de “¿llegas o te vas”? para, al final, acabar aparcando a diez minutos a pie por un camino pedregoso y cargado con kilos y bártulos de más. En cambio, el asfalto de Madrid es una balsa de tranquilidad en agosto. Aunque el campus es de fácil acceso en transporte público, con una parada de metro directamente en Distrito Telefónica (Ronda de la Comunicación L10), aparcar no supone ningún reto durante este mes. Tienes calle, tienes parking y hasta tienes descampado. Una vez dentro, los piscineros también lidian con la frustración, pero eso es otra historia.
Campamento de verano
Las experiencias que se viven en un campamento de verano no tienen por qué ser coto privado de los niños y adolescentes. 42 Madrid no es un campamento para adultos (la edad mínima para lanzarse a una piscina es 18 años), pero la intensidad de sus 26 días consecutivos es comparable. Una montaña rusa de emociones que, independientemente del resultado final, deja huella en todos los candidatos.
Ni playa, ni montaña, en agosto se puede ir a programar a un campus de programación con la única certeza de que la experiencia va a durar 26 días. La incertidumbre de cada día, el código, el trabajo en equipo o la información que se recibe a cuentagotas hacen que este agosto en Madrid sea recordado por cómo más de un centenar de personas empezaron sabiendo poco o nada de programación y terminaron presumiendo de ser auténticos hackers. Bueno, quizás estemos exagerando un poco, pero sí que garantizamos que la curva de aprendizaje tiende a la verticalidad. Es más, es habitual que muchos estudiantes universitarios que compaginan su formación con 42 Madrid recuerden su piscina como un período en el que aprendieron lo mismo que en varios cursos. Agosto en Madrid aprendiendo con gente que no conocías previamente y que acaban siendo amigos, como un campamento. Agosto en Madrid haciendo comilonas en grupo (siempre respetando las medidas de seguridad), como un campamento. Agosto en Madrid divirtiéndote, con actividades inesperadas y con el tiempo pasando muy rápido. Como un campamento.
Instalaciones de primera
Las Dunas de Corralejo, los Picos de Europa, Zahara de los Atunes, la Sierra de Cazorla o 42 Madrid. Enclaves que reúnen todos los requisitos para disfrutar de un verano de categoría. En el campus de Fundación Telefónica no hay ola de calor que haga mella. Temperatura agradable en el interior y en el exterior, donde un espacio de xxxm2 alberga una amplia variedad de árboles, arbustos y flores de toda España, de norte a sur. Si quieres sombra bajo un árbol, la encontrarás, al igual que tumbarte en la hierba después de comer y retrasar varias veces cinco minutos más la alarma del móvil. Eso si te dejan los patos o los conejos que comparten espacio…
A los conejos y los patos no se les permite acceder al campus, por lo que tu experiencia programando en la piscina de 42 Madrid se limitará a interaccionar con humanos. El campus tiene 5000 metros de campus divididos en dos plantas, 300 Macs, zonas de vending, cantina, una pantalla extremadamente grande para jugar a videojuegos, zonas de esparcimiento, una sala de desconexión digital, sofás, literas para descansar un poco, mesas, y un auditorio muy grande para hacer muchos eventos.
Paraíso ciclista
Es sabiduría popular que las bicicletas son para el verano y la falta de competencia en los caminos de asfalto y tierra en agosto son otra ventaja para las dos ruedas. La bicicleta es un modo de transporte saludable y sostenible para llegar a Distrito Telefónica. Por ejemplo, desde la estación de tren de Fuencarral solo se tarda 10 minutos en llegar en bici al complejo. Y desde la estación de Ramón y Cajal, menos de 25 minutos. Las rutas se pueden consultar en distintas páginas.
Porque te puede cambiar la vida
¡Y de forma 100% gratuita! Gratuita para el bolsillo, claro. El esfuerzo no se compra. La misión de 42 es formar para el empleo, es decir, formar a las personas en el talento digital que las empresas están buscando y contribuir así a la transformación digital que el mundo está viviendo. Todo el mundo merece una oportunidad para conseguir sus sueños, independientemente de sus conocimientos y recursos. No se te cobrará nada ni antes, ni durante, ni después de tus estudios. 42 Madrid es posible gracias a que Fundación Telefónica, a través de su acción social, lo financia todo.
Por si alguien todavía se lo pregunta, las piscinas no solo se celebran en los meses de agosto. Cada año se convocan varias, permitiendo a la mayor cantidad de personas posibles afrontar un reto tan exigente para poder acceder al campus como estudiantes. En el resto de las estaciones también hacemos, pero no tenemos claro si merecen un artículo como este… En cualquier caso, si quieres saber más las piscinas de 42 Madrid, te recomendamos leer el Diario de un piscinero o las conversaciones que tuvimos con Ana y Gonzalo, estudiantes con recorrido en la academia.
Nos vemos en el campus. ¡No te olvides las gafas y la toalla!